En primer lugar, damos la bienvenida a este blog a la letrada CLARA PÉREZ GARCÍA, por su brillante defensa del inspector JESÚS GÓMEZ GÓMEZ y su amiguete, el director del IES J. L. Castillo Puche de Yecla, ANTONIO RODRÍGUEZ MAS. DOÑA CLARA siempre ha destacado por su trabajo en defensa de la Administración y del inspector Jesús Gómez en la esperanza de que algún día las calles de Yecla lleven su nombre.
El otro día me denunció el inspector de educación Jesús Gómez por una supuesta agresión que habría sufrido en plena calle. Le faltó tiempo para ir al hospital haciendo valer su condición de “autoridad pública” para conseguir su deseo: que el facultativo le expidiese un parte de lesiones para formular la denuncia ante la policía. Así fue, se personó en el hospital de Yecla, donde fue atendido por el facultativo de urgencias Enrique Retuerto, quien consignó datos falsos en su certificado, como que la agresión se produjo en el lugar de trabajo del Sr. Gómez, así como importantes contradicciones, en el sentido de que éste presentaba contusiones cuyos efectos no eran visibles, como heridas, enrojecimiento de la piel, etc. Enseguida cursó la correspondiente baja laboral para que el denunciado le pagara los días que se va a tirar de vacaciones.
Enseguida se puso en marcha el mecanismo policial y judicial. Soñaba despierto el Sr. Gómez viendo al denunciado entre rejas, sin tener en cuenta que los inspectores de educación no ostentan la condición de autoridad pública, sino que la autoridad que les confiere la LOE consiste en que pueden acceder libremente a los centros educativos a realizar su labor.
No se sabe si el Sr. Gómez formuló la denuncia con otras intenciones, por tener rencillas personales contra el denunciado, pues fue asistido por la letrada Clara Pérez García, la misma que utilizó el director del IES J. L. Castillo Puche en otra querella contra éste por la publicación del blog http://iescastillopuche.blogspot.com y la misma que asistió al citado director como denunciado por un presunto delito de falsedad documental al alterar el parte de faltas de su instituto y las actas de evaluación de septiembre de 2007 diez meses después, en julio de 2008, para suspender de empleo al denunciado. Además, conviene tener en cuenta otro episodio grotesco protagonizado por este director, como la denuncia contra otro profesor de su instituto por supuestos abusos sexuales hacia su hija. Es lamentable que la educación se convierta en un reality show al estilo de Belén Esteban.
El otro día me denunció el inspector de educación Jesús Gómez por una supuesta agresión que habría sufrido en plena calle. Le faltó tiempo para ir al hospital haciendo valer su condición de “autoridad pública” para conseguir su deseo: que el facultativo le expidiese un parte de lesiones para formular la denuncia ante la policía. Así fue, se personó en el hospital de Yecla, donde fue atendido por el facultativo de urgencias Enrique Retuerto, quien consignó datos falsos en su certificado, como que la agresión se produjo en el lugar de trabajo del Sr. Gómez, así como importantes contradicciones, en el sentido de que éste presentaba contusiones cuyos efectos no eran visibles, como heridas, enrojecimiento de la piel, etc. Enseguida cursó la correspondiente baja laboral para que el denunciado le pagara los días que se va a tirar de vacaciones.
Enseguida se puso en marcha el mecanismo policial y judicial. Soñaba despierto el Sr. Gómez viendo al denunciado entre rejas, sin tener en cuenta que los inspectores de educación no ostentan la condición de autoridad pública, sino que la autoridad que les confiere la LOE consiste en que pueden acceder libremente a los centros educativos a realizar su labor.
No se sabe si el Sr. Gómez formuló la denuncia con otras intenciones, por tener rencillas personales contra el denunciado, pues fue asistido por la letrada Clara Pérez García, la misma que utilizó el director del IES J. L. Castillo Puche en otra querella contra éste por la publicación del blog http://iescastillopuche.blogspot.com y la misma que asistió al citado director como denunciado por un presunto delito de falsedad documental al alterar el parte de faltas de su instituto y las actas de evaluación de septiembre de 2007 diez meses después, en julio de 2008, para suspender de empleo al denunciado. Además, conviene tener en cuenta otro episodio grotesco protagonizado por este director, como la denuncia contra otro profesor de su instituto por supuestos abusos sexuales hacia su hija. Es lamentable que la educación se convierta en un reality show al estilo de Belén Esteban.
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