PESADILLA EN EL IES ALJADA DE PUENTE TOCINOS

  Hace unas semanas la directora del IES Aljada de Puente Tocinos me entregó la resolución de un expediente disciplinario. Leyendo el documento, enseguida me percaté de que había sido promovido por el inspector Jesús Gómez Gómez, que pretendía vengarse por unos hechos acaecidos cuando yo no tenía la condición de funcionario y que, además, tenían la consideración de cosa juzgada, ya que sobre ellos había recaído sentencia firme en los juzgados de Yecla: el inspector me denunció por unos supuestos insultos pero luego no se presentó al juicio. Se trata de un acto más de acoso laboral emprendido por este inspector contra mí desde hace cinco años: primero me sancionó con cinco meses de suspensión de empleo y sueldo por criticar en la prensa al ex director del IES J. L. Castillo Puche de Yecla, Antonio Rodríguez Mas, su amigo del alma; luego continuó la sanción con 45 días más de suspensión de funciones hasta final de curso acusándome de no evaluar en septiembre a unos cursos que no eran míos o a otros cuyos alumnos lo aprobaron todo en junio, apoyándose en unos documentos que el instructor del expediente, Fernando López Ayerra, había aconsejado alterar al director del instituto. Durante estos cinco meses y 45 días mi puesto en el IES Azorín de Yecla fue ocupado por el hijo de una profesora jubilada, Adriano Muñoz Pascual, al que el director le aconsejó inscribirse como demandante en el SEF ante la falta de sustitutos en la lista de interinidad. Este “profesor” se hizo famoso en Yecla porque acosaba a sus alumnas, menores de edad, en la calle, con frases como Ahora que no somos profesor y alumna… No terminaron aquí los conflictos en los institutos de Yecla. El referido Antonio Rodríguez Mas denunció a otro profesor por supuestos abusos hacia su hija y éste fue detenido por la policía. La siguiente sanción que me impuso el inspector Jesús Gómez fue de 23 meses de suspensión de empleo y sueldo por presentar alegaciones a la sanción de 45 días. Al parecer, en la Consejería de Educación no existe ninguna autoridad que controle los excesos cometidos por los inspectores. Enterado de que en el presente curso estoy destinado en el IES Aljada, el Sr. Gómez Gómez vuelve a acosarme con un nuevo expediente disciplinario instruido por un amiguete suyo, Diego Sánchez Pacheco, que se une a la nómina de inspectores utilizados en sus maquinaciones contra mí: Alfonso Gómez Albaladejo, Daniel Andúgar Caravaca, Juan Gregorio Avilés…, pues Jesús Gómez nunca da la cara, envía a otros a que hagan el trabajo por él y éstos le obedecen ciegamente. El último acto de acoso llevado a cabo por el Sr. Gómez es una posible sanción de apercibimiento por negarme a aceptar una notificación de manos de la directora del IES Aljada que vulneraba el derecho al secreto de las comunicaciones. La forma de practicar las notificaciones por parte de la Consejería es un tanto peculiar: en otra ocasión se personaron en mi instituto dos inspectores que luego se fueron a un bar a tomar un tentempié, como si no tuvieran otra cosa que hacer. Esta última posible sanción de apercibimiento llevaba la firma del Director General de Personal, Joaquín Buendía, que, al parecer, mantiene buena sintonía con la directora, ya que fue invitado a la inauguración de un portal de Belén en el instituto, acto en el que alabó la labor de los profesores, que luego serían castigados con severas medidas, tras la victoria electoral del PP, como el aumento en su horario de dos horas complementarias y dos más lectivas a partir del próximo curso, mandando al paro a miles de interinos, en la línea marcada por Rajoy para salir de la crisis: castigar al personal docente. Ahora que se celebra el bicentenario de la Constitución gaditana de 1812, La Pepa, existe cierta similitud entre Rajoy y Fernando VII, que, a pesar de ser apodado ‘el deseado’, luego resultó ser uno de los peores gobernantes de la Historia de España.